Una cabaña junto al mar llena de historias
Bienvenido a nuestro hogar lejos del hogar en el sur de Bretaña. Hace cuatro años, nos topamos con esta casa y supimos al instante que tenía potencial. No era solo otra casa cerca de la playa, tenía alma. Mi esposa, con su ojo para los detalles (y una paciencia infinita), pasó un año renovándolo. No con la idea de "crear un alquiler", sino con la idea de construir una verdadera cabaña familiar en la playa. Un lugar donde nuestros hijos pudieran correr descalzos desde el jardín hasta la cocina, donde nuestros amigos se reunieran alrededor de la chimenea en las noches lluviosas y donde pudiéramos organizar almuerzos de verano perezosos que se extendieran hasta la noche.
Es por eso que esta casa no se siente como un alquiler vacacional. Se siente como en casa. Todo lo que puedas desear está aquí porque, bueno, nosotros también lo queríamos. La cocina está equipada para cocinar de verdad, las camas son del tipo que realmente esperas y los pequeños rincones de la casa están hechos para ser habitados.
Sal y la historia continúa. El jardín es lo suficientemente grande como para que los niños jueguen al fútbol, mientras que los adultos beben vino en la terraza. Cuando se pone el sol, la barbacoa está lista para el pescado fresco del mercado de Pont-Aven. Y luego está la piscina, un pequeño spa interior climatizado que mantiene la diversión incluso cuando el clima decide ser "típicamente bretón".
Pero lo que realmente hace que este lugar sea especial es el entorno. Kerfany Beach está a solo 7 minutos a pie, una pequeña bahía donde los niños pueden nadar con seguridad y donde las mañanas comienzan con un croissant de la panadería al final de la calle. Un poco más lejos, descubrirás Finisterre Sud en toda su magia: playas de arena blanca escondidas entre acantilados rocosos, veleros que se deslizan por granjas de ostras, mercados semanales en pequeños pueblos y rutas de senderismo que te hacen sentir como si hubieras entrado en una pintura.
Ya sea que vengas a surfear, navegar, dar largos paseos por la costa o simplemente para desconectar y no hacer nada, esta casa es el tipo de lugar donde el tiempo se ralentiza. Donde el desayuno se extiende hasta el almuerzo, donde las noches son para jugar alrededor de la chimenea y donde todos los invitados (familiares, amigos o viajeros) sienten que pertenecen.
Lo llamamos nuestra cabaña en la playa, pero en realidad, es un pequeño mundo en sí mismo. Y nos encantaría que vinieras y escribieras tu propio capítulo aquí.