Casa Perruchena está enclavada entre las colinas onduladas de Andalucía, con vistas infinitas sobre los olivares y el imponente pico de la montaña La Maroma. Aquí encontrarás paz, amplitud y un ritmo pausado que invita a desconectar. Es un refugio ideal para una familia o dos, con todas las comodidades para disfrutar de días relajados juntos.
La casa, que tiene más de cien años, ha sido renovada y amueblada con cariño por la diseñadora Simone Deleij, con un enfoque en la esencia de la vida andaluza. Los detalles auténticos, el esparto, la caña y los acentos antiguos crean un ambiente acogedor, mientras que el interior se siente fresco y luminoso. Las paredes encaladas, los materiales naturales y las ventanas que traen el paisaje al interior aportan calma y sencillez a cada estancia. En el interior, la casa cuenta con una sala de estar con estufa de leña, una cocina de estilo nostálgico con electrodomésticos modernos y tres dormitorios, uno de ellos con una litera y camas individuales, ideal para niños.
Alrededor de la casa se extiende un mosaico de terrazas —abiertas y cubiertas— donde se puede comer, leer o jugar en compañía. Hay un horno de leña para pizzas y pan, una barbacoa, una pista de petanca, una mesa de ping-pong, sombra bajo sombrillas de caña y, en todas partes, esas vistas impresionantes. En la piscina climatizada te espera una tumbona al sol o un rincón tranquilo a la sombra. Cada momento del día tiene aquí su lugar favorito.
Casa Perruchena está a cinco minutos del Embalse de La Viñuela, perfecto para practicar paddle surf, hacer picnic o pasear. Las playas de Torre del Mar están a menos de media hora en coche, y Málaga también es fácilmente accesible para una excursión urbana. La zona invita a descubrir pueblos blancos, caminar por la naturaleza y saborear la auténtica vida andaluza.
