Esta villa caribeña independiente y recientemente renovada es maravillosamente ventosa y ofrece impresionantes vistas despejadas del mar. El interior de buen gusto, la amplia terraza con una gran mesa de comedor y un conjunto de salón, y la nueva piscina privada hacen de este el lugar ideal para relajarse por completo.
La cocina totalmente equipada es perfecta para los amantes de la cocina: cocina de gas de 5 quemadores con quemador wok, lavavajillas, horno, microondas, nevera con congelador, cafetera Nespresso, cafetera, tostadora, hervidor de agua, batidora y batidora.
Hay dos cómodas habitaciones con aire acondicionado, ventiladores de techo y cortinas opacas, cada una con su propio baño (ducha, inodoro y lavabo). Además, hay un aseo de invitados independiente.
También disponible: lavadora, utensilios de planchado, tendedero, smart TV con etc. Canales holandeses y deportivos, WiFi y caja fuerte.
La villa no es apta para niños menores de 10 años.
Si está buscando el verdadero Curazao y desea probar los elementos auténticos que hacen que nuestra hermosa isla sea tan especial, entonces Piscadera Bay Resort es el lugar donde se sentirá completamente como en casa. El complejo con amplios bungalows tropicales se encuentra a pocos minutos a pie de la hermosa playa de Pirate Bay y cerca de Otrobanda, el corazón cultural de Willemstad, donde se puede admirar el colorido arte callejero en callejones escondidos y comer comida sorprendentemente buena en restaurantes con ambiente. No hay turismo de masas con nosotros, pero sí paz y tranquilidad y una experiencia auténtica.
Piscadera Bay Resort tiene una ubicación muy céntrica y es la base ideal para descubrir la virgen y pura Curaçao. Las playas más hermosas y los lugares de buceo en el lado oeste de la isla están a un máximo de media hora en coche del complejo. Willemstad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está cerca, al igual que el distrito de Pietermaai, el corazón culinario de Curazao. ¿Y todavía te apetece sumergirte en el ajetreo de las playas turísticas? No te preocupes, te subes al coche y treinta minutos después te encuentras en medio de las festividades de la playa de Jan Thiel o el bulevar Mambo.